Ruta

rutasTambién es muy importante preparar el itinerario o ruta a seguir durante el viaje y el transporte empleado en cada etapa, haciendo una planificación realista respecto de los días disponibles y de los lugares a visitar.

Evidentemente este itinerario puede ser variado por propia voluntad o por causa de fuerza mayor durante el viaje (esta es parte de la gracia de viajar por libre), pero siempre es bueno tener un guión antes de salir de casa para evitar problemas causados por la improvisación.

Lo primero que podemos hacer es hacer una lista con los lugares a visitar que consideramos imprescindibles (a los que no estamos dispuestos a renunciar) y otra lista con aquellos que también nos gustaría visitar, pero que en caso de necesidad podemos recortar para ajustar el tiempo disponible.

La información para confeccionar estas listas la podemos obtener de nuestra guía de viaje, de los relatos o consejos de otros viajeros o de folletos turísticos.

También pueden ser útiles los catálogos de agencias de viajes que vendan rutas por el país o región que nos interesa.

Debemos intentar no ser demasiado ambiciosos y querer comprimir el tiempo al máximo, porque podemos caer en el síndrome del turista japonés (recorrer las principales ciudades europeas en una semana).

Pensamos que es preferible ver menos cosas, pero disfrutarlas de verdad y tener más tiempo para asimilarlas.

El viaje no debe ser una maratón. No se trata de coleccionar lugares o países.

Para preparar cuidadosamente la ruta necesitamos conocer el tiempo mínimo necesario para visitar cada lugar, así como el transporte disponible, su frecuencia y la duración del trayecto para ir de un lugar a otro.

En este caso las mejores fuentes de información también son las guías de viaje, los relatos o consejos de otros viajeros o las páginas web de las diferentes empresas de transporte.

La ruta planificada debe ser racional, intentando minimizar las distancias a recorrer.

También debe ser lo suficientemente flexible para que, en caso de imprevistos, dispongamos de cierto margen de maniobra.

El trazado de la ruta a seguir también debería tener en cuenta los lugares donde pasaremos la noche, previendo que cuando lleguemos al lugar tengamos un sitio donde ir a dormir y que se ajuste a nuestro presupuesto.

Excepto en casos muy concretos no es necesario reservar con antelación los alojamientos, ya que así restamos flexibilidad a nuestra planificación, aunque va bien tener uno o varios alojamientos candidatos en cada lugar donde vayamos a pasar la noche.

Aunque a veces puede ser conveniente reservar la primera noche en la ciudad de llegada, sobre todo si vamos a llegar muy tarde y/o muy cansados tras un largo viaje.

En Internet hay miles de buscadores de hoteles y alojamientos a partir de una cierta categoría en la mayoría de países del mundo.

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